Hostal Tabanqueta Cuenca

Concha González Garzón

Un buen hostal para conocer el casco antiguo de Cuenca. Muy bien ubicado

Javier Santos

El hotel se encuentra en una ubicación excelente para visitar el casco histórico de la ciudad. Las habitaciones están cuidadas y las tienen especialmente limpias. La tele es bastante pequeña y el aseo está poco iluminado. Como punto negativo, la atención deja mucho que desear. La persona que nos atendió no debería estar atendiendo al público. Las escaleras para subir a las habitaciones son muy pronunciadas y hay que subir las maletas "a pulso". No dispone de recepción y el check-in se hace en una tienda que hay junto a la entrada. Ojo si vais con niños o muy cargados de equipaje, porque hay que aparcar fuera de la muralla subiendo una pendiente considerable, y los fines de semana se llena la zona de aparcamiento. También hay uno privado de pago más abajo pero muy caro. Solo recomendado aparcar ahí para visitas de unas pocas horas.

Sara P

Estancia muy agradable, la habitación con unas vistas espectaculares, todo muy limpio. Cómo detalles quede agradecen las cápsulas para hacer un café y los bollitos, además del gel, cepillos de dientes, etc en el baño. Muy cerca del parking gratuito y de otro de pago. Se puede ir andando a visitar todo el casco antiguo. Personal muy amable y atento. La única pega que hay que subir un buen tramo de escaleras, para tenerlo en cuenta si viajamos con personas con movilidad reducida. Muy recomendable.

Helena Muñoz

El Hostal es una maravilla. La habitación que nos ha tocado tenía vistas a la parte de atrás y se veía el monte y los ojos de la Mora. Está todo muy nuevo y muy bien cuidado y tienen el detallazo de poner una dolcegusto con cápsulas de café y unas palmeritas para desayunar. Aparcar es súper sencillo porque está muy cerca del arco de salida del centro y a partir de ahí el aparcamiento es gratuito. La ubicación es perfecta, a 5 minutos andando de la Plaza Mayor. El checkin se hace en la pequeña tiendecita de al lado, que es de las mismas chicas. Son muy agradables. A tener en cuenta: no hay aire acondicionado (tampoco se echa en falta, la verdad. Hay un ventilador pero hemos estado en agosto y por la ventana entra fresquito) y no hay ascensor (por si viajáis con personas con movilidad reducida). Para comer o cenar nos recomendaron el restaurante El Mirador al otro lado del arco y tiene una relación calidad-precio muy buena. Una experiencia de 10 que repetiremos seguro.